Familiares de pacientes que acuden a diario al Hospital Regional Jaime Mota, en Barahona, denunciaron que el centro asistencial “se cae a pedazos”. Además del deterioro estructural, una plaga de cucarachas y ratas se suma a las vicisitudes que enfrentan los internos, en un hospital sin medicamentos y con gran parte de los equipos averiados desde hace meses.
Según los parientes de los pacientes, estos deben llevar sus propias sábanas, toallas y pijamas, ante la falta de ropa hospitalaria. Al problema de las alimañas y la escasez de insumos, se suma la acumulación de sucio en paredes, pisos y salas de internamiento, que genera un fuerte hedor en los pasillos.
Los denunciantes aseguran que para utilizar los baños es necesario “tener el estómago preparado” para evitar las náuseas, reflejo de las precarias condiciones que se viven a diario en el centro de salud.